En la vinoteca del frente de la plaza Urquiza se respiraba malbec. Se olía, se bebía y se hablaba del malbec. Se lo celebraba y se lo alababa en varios idiomas. Se lo describía con poesía. Entró Álvaro Pérez, 26 años, y pidió recomendación: “necesito dos vinos que sean malbec”. Era para compartir con amigos y sabía que se celebraba el Día del Malbec, la uva emblemática Argentina y sí, admite que el festejo le condicionó un poco el paladar. Dentro del salón, tres bodegas tucumanas degustaban sus etiquetas preferidas, todas de malbec. Y afuera, Patricia Galíndez, escribana, no importa la edad, compartía varios vinos en una mesa “de chicas”. Malbec, claro. Hoy y siempre, malbec para ellas.
¿Era necesario que la cepa favorita de los argentinos tuviera su propio día? Tal vez no le hacía falta: es la uva que más se cultiva en todo el país, la que avanza a toda máquina en el mundo y, en definitiva, la que gana la batalla en las góndolas: según Julieta Panella, gerente de esa vinería, el 70% de los vinos que se venden son malbec. Quizás no le hacía falta, entonces, tener su propio día. Pero hasta el momento nadie se ha quejado.
Versatilidad para adaptarse a diferentes climas y plasticidad para una amplísima gama de vinos, con variedades completamente opuestas entre sí, son las cualidades que, para los enólogos hacen del malbec el emblema argentino. Y si de los blancos que se producen en Tucumán el torrontés es el capitán, de los tintos lo es el malbec, al menos en extensión de viñedos. Sin embargo, para algunos analistas, al malbec tucumano le falta algo para dar el gran salto y colarse en el mercado internacional.
Características
“El malbec tucumano encontró su ADN y su expresión particular en el terroir calchaquí. Pero todavía le está faltando algo para dar el salto de calidad que le dará reconocimiento nacional, primero, e internacional después. Los productores tucumanos han encontrado su techo. Por eso, deben buscar asesoría externa, tal como hicieron en Salta. Eso ayudaría a dar el gran salto de calidad”, analiza el sommelier tucumano Silvio Martinelli. Y en cuanto a su descripción, anota: “en líneas generales es agradable, con buena acidez, frutado y tiene un toque especiado. Es muy parecido al malbec de Cafayate. Quizás se podría mejorar la madera”, opina. Para Salomé Soria, de una bodega que tiene apenas dos años produciendo en Colalao del Valle, en cambio, lo que le falta es comercialización: “necesitamos que se conozca, que la gente se anime a probarlo. Pero los vinos de acá son para llevarlos con la frente en alta a donde sea”, dice con seguridad.
En Tucumán hay 16 productores de vino y 10 bodegas. En ese universo, el 40% de la uva que se cultiva es malbec, según estima Alberto Guardia, presidente de la Cámara de Bodegueros local. Un 30% corresponde al torrontés, y el restante 30% se divide entre cabernet sauvignon, cabernet franc (muy prometedor según el dirigente) tannat, petit verdot y merlot; estas dos últimas tuvieron demasiado éxito, asegura.
“En Tucumán hay muchos productores de uva. Sólo en la comunidad de Amaicha hay más de 30 y en toda la provincia hay más de 100. Los productores más grandes (bodegas) poseen entre tres y 30 hectáreas plantadas. Los medianos, entre dos y tres hectáreas; y, la gran mayoría, menos de una hectárea”, desglosa Miguel Cerviño, secretario de Pyme y Empleo de la Provincia. La altura de los viñedos, el sol que parte la tierra y las características del suelo son los ingredientes que le dan al malbec tucumano su personalidad potente y aguerrida. “Para definir las características del malbec tucumano debemos considerar que nuestra región vitivinícola está 300 metros más alto que Cafayate y 1.000 metros más que Mendoza. Nuestras vides están expuestas a mayor intensidad solar, suelos más salinos y clima extremadamente seco. Estos son los determinantes de un malbec tucumano muy intenso de color, mayor graduación alcohólica y notas muy especiadas”, describe Guardia. Es por estas características que el enólogo Francisco Puga, para un día frío, recomienda “abrigarse con un malbec calchaquí”.
Vinos del Tucumán
Vinos del Tucumán es una marca paraguas que cobija a 11 productores locales. Fue creada para fortalecer la impronta que el Valle Calchaquí le otorga a los vinos. En Tucumán hay alrededor de 90 hectáreas con viñedos, según cifras de Vinos del Tucumán. Las bodegas se encuentran en los Valles Calchaquíes excepto una que se construye en San Pedro de Colalao, dijo Miguel Cerviño, secretario de Pyme y Empleo de la Provincia.
Opinan los expertos
1- Alejandro Nesman (enólogo sanjuanino de la bodega Piatelli de Cafayate).
2- Rafael Domingo (enólogo y propietario de la bodega Domingo Molina de Cafayate).
“El malbec ha encontrado en Argentina un clima que le aporta versatilidad a la uva. De esta forma se dieron vinos diferentes, particulares y llamativos. Desde livianos y frescos, a vinos estructurados, de guarda. Obtuvo una plasticidad particular. En cambio, el Cabernet es un poco más limitado. En Argentina es la uva más plantada. Por ejemplo en Cafayate y en Mendoza es la variedad tinta más plantada. Hoy en día Argentina está muy identificada con el malbec, aunque creo que no deberíamos cerrarnos con él. Si bien el malbec es como nuestra bandera y es una buena forma de promoción en otros países, no hay olvidar que producimos otras uvas que dan vinos de muy buena calidad”.
3- Francisco Puga (técnico en Viticultura y Enología, enólogo de la bodega Amalaya de Cafayate).
“El malbec se da en cualquier lugar del mundo, tal vez no en Tafí del Valle por la cantidad de lluvias. Tucumán tiene la posibilidad de cultivarla entre Amaicha y Colalao del Valle. En esos lugares los vinos son diferentes entre sí, porque son 30 km que no tienen el mismo clima. Por ejemplo, los de Amaicha son un tanto más intensos. Por otra parte, creo que no le falta nada al malbec Tucumano; trabajo quizás, ya que el terroir es muy similar al de Cafayate. Acá las plantas son más bien nuevas y necesitan un tiempo para equilibrarse. Como sucede con nosotros, los humanos. Los mejores vinos tucumanos son los que están por venir. Estamos tratando de encontrar la excelencia”.